
«No podemos cerrar los ojos a lo que atrae a la imaginación infantil»

Juan Kruz Igerabide en su casa de Aduna.
Os ofrecemos una breve entrevista con Juan Kruz Igerabide, un escritor grande e importante, que, quizás, todavía no ha tenido el reconocimiento que se merece por escribir en euskera, su lengua natal. Y eso que la entrega del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, en 2018, por su obra Abezedario titirijario (original en euskera, Letren txotxongiloa) vino un poco a paliar ese descuidado olvido. Muchos lectores lo descubrieron entonces y pudieron leerlo y apreciarlo. En el terreno estricto de los datos, Igerabide (Aduna, Guipúzcoa, 1956) es maestro y doctor en Filología. Autor de literatura infantil y juvenil, traductor, poeta y profesor en la Universidad del País Vasco. En el terreno de los adjetivos, es un hombre sabio y afable. Con él acabamos de publicar Carolina y la cerilla (originalmente, Karolina panpina).
-¿Cómo se te ocurrió el argumento de Karolina panpina?
La idea proviene de recuerdos infantiles relacionados con la magia de encender una cerilla. Es algo que atrae a niñas y niños, en el límite del peligro y de la magia del fuego.
-Habitualmente, ¿cómo surgen los cuentos en tu cabeza?
La mayor parte de mis cuentos proceden de imágenes que guardo en la memoria; una lectura, un comentario, las trae al recuerdo y ponen en marcha un narración.
-¿Crees que por la sonoridad de las palabras este cuento gana leído en voz alta?
Los cuentos leídos en voz alta cobran vida en el espacio circundante, no solo en la mente del lector. Al pronunciarlos es como si estuvieran ocurriendo en el espacio que nos rodea.
-Una niña jugando con cerillas… ¿es una argumento arriesgado en este momento en que lo políticamente correcto inunda los libros infantiles?
Sí. Pero no podemos cerrar los ojos a lo que atrae a la imaginación infantil. El fuego la atrae con fuerza. Es preciso conocerlo y vivenciarlo para aprender a ser precavidos con él. Suprimir la experiencia no nos entrena psíquicamente, nos hace más vulnerables.

Ilustración de Carolina y la cerilla (autora, Belén Lucas)
-Carolina y la cerilla es tu libro para niños y niñas… Completa tú la frase.
Es un libro para la infancia, pero también es un libro para compartir en familia. El punto de vista es el de una niña, pero están implicados los padres en el espacio de una vivienda.
-¿Qué es lo que te gusta especialmente de escribir para niños y niñas?
Es una continuación de mi oficio de maestro de primaria, de padre y de abuelo. Y al mismo tiempo contacto con el niño que vive dentro de mí.
-¿Prefieres el formato álbum o narraciones más largas?
Depende. En este caso, el formato álbum es muy adecuado para la breve historia que se cuenta.
-¿Qué destacarías de Carolina y la cerilla?
La experiencia de encender una cerilla junto con la muñeca, al que la niña transfiere sus temores y explicaciones mágicas de lo que ocurre a su alrededor. El pensamiento mágico infantil está presente a lo largo de la historia y contrasta con el pensamiento y comportamiento racional de los padres.